lunes, 30 de marzo de 2009

La Sagra, la gran Montaña.


Nunca había contado nada sobre la Sagra, raro en mí, por la devoción que siempre le he tenido, que deciros de la Sagra, pues que fue la primera gran montaña que subí con 17 años por su ruta más transitada (el embudo), hasta las trancas de nieve, con unas botas de treking con la suela algo desgastada y un bastón de esqui, que mal lo pasé, una experiencia asi, es para no volver a repetir, pero lejos de eso, al cabo de unos años regresé de nuevo por allí, y ya no he dejado de ir hasta este último año. En aquella epoca allá por el 85, montabamos la tienda canadiense al pie de la cara norte, en la gran esplanada de cereales, hacíamos una gran hoguera y soportabamos los -10º en la puerta de las tiendas como unos autenticos campeones. Esta claro que eran otros tiempos (por lo de la hoguera, la tienda y demás), aquello era privado y nadie te decía nada, solamente con un poco de sentido común y haciendo las cosas bien, nunca pasaba nada. Todo eso hoy día es imposible, nosotros mismos nos lo hemos currado, normativas por aquí, normativas por allá, normal, con la cantidad de desastres que acontecen al final todo acaba asi. Volviendo a la Sagra, hubo una epoca que nos dio por ir fin de semana si, otro también y sino, nos subiamos a alguna montaña no muy lejana a esta. Noches en el refugio de cazadores, las cuales se pasaba más frío dentro que fuera,otras veces ibamos a la Puebla y bebiamos cerveza como cosacos. El caso es que eramos unos okupas de la montaña durante el fin de semana, porque la sociedad no nos dejaba más, yo creo que en aquel tiempo, hubieramos sido (algunos) capaces de habernos establecido por algún cortijo de aquellos y con unas cuantas ovejas, unas gallinas y echando algunas jornadas por allí seguro que hubieramos sobrevivido, si que más quiere uno cuando es feliz y hace lo que realmente le gusta. Retornando a la primera vez que fui a la Sagra, nunca se me olvidara aquel perro mastín, que subía con nosotros por el embudo como si nada, un animal que habitaba en un cortijo de la zona y se había acostumbrado a los montañeros, sobre todo alicantinos, por entonces le llamabamos el K2 alicantino, otra vez recuerdo un rescate de un chico que cayó rodando por el embudo y milagrosamente no se mató, pero se lo llevaron bastante mal al pobre, mil cosas, entonces no había restaurante ni hotel, solo había ovejas y furgontas, no tantos BMW Y mercedes, pero bueno, los tiempos cambian y actualmente hasta se ha oído que querían hacer una especie de RESORT por allí con campos de golf, apartamentos y todo eso, que pena, sociedad ignorante que no sabe valorar nada. Una selección de fotos de distintas epocas:















lunes, 16 de marzo de 2009

Sierra Espuña, siempre (inside my heart)

Sierra Espuña, muchos momentos para recordar, kilometros de sierra recorridos a pie, en bicicleta, y por supuesto escalando las paredes verticales de la pared sur de Leiva. Actividades de anillamiento, salidas de campo para observar aves...Alguna repoblación. Y muchas noches de vivac con las etrellas sobre mis ojos. Siento bastante nostalgía y hecho de menos volver como tantas veces, para pasar un buen fin de semana con amigos, escuchando por la noche el canto del carabo,etc... Pronto volveré con nuevos amigos a recordar buenos momentos en esta magnifica joya que tenemos en esta más que explotada región.

Aqui pongo una recopilación de fotos de la sierra que he ido haciendo durante unos cuantos años.

Una de tantas veces que pasamos el finde en el refugio de fuente bermeja. El grupo al pie del sector de escalada de la pecera.
Ascendiendo al Morrón de Alhama, en este caso partiendo desde mi casa de Alhama, todo un pateo.
En el sector de las cuevas, una de las pocas vias de Vº que hay.
Los pozos de la nieve.
Recorriendo la senda del Caracol, siempre con la pared de leiva de frente.
El aguila real es muy habitual en la sierra con una importante población.
Bonita zigaena, sobre esta estepa.
Casa de la Carrasca ,al fondo el Pedro Lopez.
Los cuchillos de Malvariche , un atardecer .
El valle de Malvariche es único, menuda joya.
Enoe en su mejor momento, escalando las vias desplomadas de las cuevas.
Siempre la pared de Leiva.
Multiples flores en primavera.
La senda del caracol.
En el cerro de la rotura, con un buen nevazo.
Ciertas vias de la pared tienen su dificultad.
En las crestas hacia el Perona con la cumbre del bosque de fondo.
Un buen equipo dirección a Malvariche.
Prado mayor.
La cima del Morrón
El gran quejigo de Malvariche.
Observando el horizonte. Todo el barranco de Malvariche.

lunes, 9 de marzo de 2009

Curavacas, la montaña palentina.

Situada al norte de la provincia de Palencia, con sus 2.520m de altitud, tenemos esta montaña única por su relieve y su color. Ya tenia en mente desde hacía varios años subir por la canal más asequible que da acceso a esta cumbre, situada en un territorio bastante alejado de lo que son las rutas de montaña más comerciales por asi decirlo, aunque también hay que reseñar que en los tiempos que corren ninguna montaña esta libra del trasiego de montañeros que buscan terrenos desconocidos. El acceso al Curavacas comienza en un tranquilo y pequeño pueblo llamado Vidrieros, nosotros para pasar la noche buscamos un refugio de pescadores en muy buen estado y muy limpio, que se encuentta a la orilla de un río a las afueras del pueblo. Por la mañana nos levantamos muy temprano como siempre, ¡ somos muy madrugadores!, a las 9 de la mañana ya estabamos en el centro del pueblo donde comienza la ruta. tras un par de callejuelas, comenzamos a andar por una pista de tierra,de la cual a unos metros se ramifica hacia la izquierda donde nos internamos para practicamente coger la dirección correcta, la montaña siempre la tenemos de frente, en este punto, nuestra compañera de viaje, Espe, nos abandona , ella hoy no va a subir a la cima pues se encuentara un poco fatigada de los días anteriores, claro veniamos de escalar nada más ni nada menos que el Naranjo en los picos de Europa. El Curavacas, destaca por su color oscuro y tapizado de un verde muy llamativo. Esta ruta en verano, la verdad que no ofrece dificultades técnicas reseñables, cabe destacar que en invierno la cosa se pone más peliaguda, ya que con nieve y hielo el tramo final de su corredor ,se estrecha y tomá una inclinación bastante seria. A este corredor se le llama el Callejo Grande, y los que conocemos por poner un ejemplo la Sagra, comentar que el corredor de está; el famoso embudo, tiene la forma opuesta al corredor del curavacas. la sagra seria un embudo bien colocado hacia abajo y el del curacacas es como si le damos la vuelta. Durante la ascensión a mitad del corredor , compartimos la subida con un grupo de montañeros cántabros, que llevaban un ritmo trepidante, nosotros logramos adaptarnos a su ritmo e hicimos cumbre con ellos. La bajada del curavacas es una larga pedrera, donde se cogen velocidades de vertigo. Agosto de 2.008, Fulgen, Esperanza y Juan.